El Karma del Highlander by Rose Gate

El Karma del Highlander by Rose Gate

autor:Rose Gate [Gate, Rose]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico, Romántico, Humor, Fantástico
editor: ePubLibre
publicado: 2018-06-30T16:00:00+00:00


Capítulo 20

(Sarah)

Sabía que había estado mirándome toda la noche, sentí sus ojos sobre Cédric y sobre mí, calentando mi piel a marchas forzadas.

Había pasado un mal día, por ello creí que lo mejor era alejarme y tomar distancia. Por la ventana de mi habitación, le había visto pasear con las chicas y había anhelado ser yo quien estuviera con él, navegando en barca por el lago, o tal vez paseando descalza por la hierba.

¿Cómo decirle a mi corazón que no se agitara cuando lo viera, a mi estómago que no se encogiera cuando escuchara su voz o a mi sexo que no hiciera aguas, al captar su aroma? Nunca le había conferido un poder tan abrumador a un hombre y lo peor del caso, es que con Kenan era algo innato, natural e incontrolable, algo que fluía libremente por mis venas mientras yo me empeñaba en intentar refrenarlo.

Por mucho que lo había intentado había sido imposible sacármelo de la cabeza. Estaba prácticamente desesperada, cuando alguien llamó a mi puerta. Así fue como me reencontré con el escocés guapo del pub, el que había salido corriendo tras mi doble. Resultó que aquel ejemplar magnífico, era nuestro anfitrión, Cédric era el hijo del actual “laird” MacLeod y quien estaba encargado de velar por nosotros durante nuestra estancia.

La sorpresa fue mutua, aunque rápidamente nos recompusimos.

El rubio era guapísimo, con unos ojos ambarinos similares a los de un león. Su cuerpo era fibroso, trabajado, con un porte elegante que le daba un sex-appeal innegable. Solo había un problema, no era Kenan. Estaba perdida, irremediablemente perdida, echada completamente a perder por un hombre. ¿Cómo me había ocurrido eso?

MacLeod volvió a excusarse conmigo por la confusión de la noche anterior, al parecer la chica con la que iba le gustaba. Hacía tiempo que andaba detrás de ella, mientras ella se dedicaba a ignorarle, aunque por el modo en cómo actuó, yo no diría que lo ignorara completamente. Según él, que nos viera de aquel modo en la pista, no ayudó. Eso sí que lo creía, pero estaba claro que él no le era indiferente o no hubiera reaccionado de aquel modo. No se lo dije, no quería echar más leña al fuego, pero estaba claro que entre ellos dos había algo muy intenso.

Tras la sorpresa, me ofreció una visita guiada al castillo, en otro momento estoy segura que me habría rendido a sus encantos y con total seguridad, habríamos terminado en una de las muchas habitaciones que me mostró y no admirando los cuadros precisamente. Pero estaba claro que ninguno de los dos estaba por la labor. Teníamos un sano coqueteo que ambos sabíamos que no iba a ir a más. Me di cuenta de ello, cuando oímos voces discutiendo en las escaleras.

Minutos antes, la señora Craig, había venido a informarnos que la señorita O’Shea, se encontraba colocando los arreglos florales en la planta superior. Cédric me pidió el favor de que le acompañara. Al parecer, aquella era la mujer con la que Cédric quería iniciar algo y estaba encargada de la decoración floral de la fiesta.



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